¿Conoces esa sensación de tensión y aprensión que sienten algunas personas al final del verano? Tiene un nombre: ansiedad otoñal.
Pero, ¿de dónde vienen esos sentimientos? Al fin y al cabo, el otoño es también una estación que muchos esperan con impaciencia, con sus fiestas y festivales, el tiempo de los suéteres acogedores y todo especiado con calabaza. Puede parecer una disonancia cognitiva: sabes que deberías estar emocionado, pero hay un nerviosismo y un presentimiento que no puedes evitar.
Lo cierto es que son varios los factores que provocan la ansiedad otoñal, por lo que combatirla implica un enfoque holístico y preventivo.
¿Qué provoca la ansiedad otoñal?
Es perfectamente normal estar estresado durante los períodos de transición. Tus rutinas se ven alteradas y tienes que desenvolverte en situaciones nuevas. Es natural que tu cerebro y tu cuerpo estén en alerta máxima.
Los meses de junio, julio y agosto suelen caracterizarse por un «bajón veraniego», en el que los empleados son un poco más laxos en el trabajo debido al clima cálido, a la abundancia de eventos y actividades al aire libre a los que asistir y a que los compañeros se toman vacaciones. El otoño no podría ser más diferente: el clima cambia, el final del año se acerca rápidamente y todo el mundo está de repente mucho más ocupado.
El estrés del regreso a clases y el trabajo de fin de año
Para las empresas de todos los sectores, el cuarto trimestre es una época de mucho trabajo. La carrera de octubre a diciembre es un frenesí de cumplimiento de objetivos y plazos, asignación de recursos y planificación para el año siguiente. Para los estudiantes -incluidos los empleados que puedan estar siguiendo cursos a tiempo parcial- también es el momento de los exámenes parciales, los proyectos y los exámenes finales.
Para los padres de los alumnos, puede ser igual de agitado. Los empleados con familia pasan gran parte del otoño intentando gestionar su carga de trabajo mientras ayudan a sus hijos con las clases, los desplazamientos y las actividades extracurriculares. Por si fuera poco, algunas de las fiestas más importantes del año, como Halloween, Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo, también se celebran en este período.
El frío, la humedad y la oscuridad pueden pasar factura
Te sorprenderá lo bien que el cuerpo recuerda este estrés de un año para otro. Las señales físicas -como los días más cortos y las noches más largas, así como el clima más húmedo y el descenso de las temperaturas- sirven como recordatorio subconsciente de que ha vuelto esta época turbulenta del año.
Menos luz solar significa también menos vitamina D y menos ejercicio al aire libre, lo que puede contribuir a los síntomas depresivos y reducir la capacidad del organismo para combatir los virus del resfriado y la gripe, que se propagan con más facilidad en esta época del año.
El cerebro también produce más melatonina y menos serotonina en estas condiciones. La melatonina es la hormona que hace que uno quiera relajarse por la noche, y con días más cortos y menos luz diurna, resulta más difícil combatir la fatiga y mantener los niveles de productividad. Con todos estos cambios físicos, sociales y estacionales que se producen a la vez, no es de extrañar que exista la ansiedad otoñal.
Cómo el trabajo flexible ayuda a los empleados a gestionar la ansiedad otoñal
Si sientes ansiedad en otoño, hay formas de superarla. Presta atención al ritmo circadiano de tu cuerpo: cuando acabe el día y sientas sueño, permítete acostarte temprano. Después de descansar toda la noche, por la mañana tendrás más tiempo para aprovechar al máximo la luz del sol. Camina y monta en bici cuando el clima acompañe, para mantenerte activo y sano. Por último, evita las comidas reconfortantes pesadas y opta por comidas nutritivas que incluyan alimentos que mejoren el estado de ánimo.
Muchos empleados pensarán que es más fácil decirlo que hacerlo. Al fin y al cabo, sus horarios y cargas de trabajo dictan si pueden o no acostarse temprano y dormir bien. Y sus calendarios y horarios determinan si pueden permitirse un descanso, cuando brilla el sol.
Así pues, los empleadores tienen un papel fundamental que desempeñar. Al ofrecer trabajo flexible, pueden dar a sus empleados la posibilidad de ocuparse de su salud y sus obligaciones personales en una época que puede ser difícil para muchos. Esto también puede aportar una serie de beneficios a una empresa:
Dado que las personas pueden trabajar en el entorno que elijan y a la hora que prefieran, el trabajo flexible puede mejorar la productividad, la creatividad y la resolución de problemas de los empleados.
Podrás construir una empresa más diversa, equitativa e integradora, ya que el trabajo flexible elimina las barreras de acceso.
El trabajo flexible también puede aumentar la satisfacción laboral y la retención. En una encuesta de Harvard Business Review, el 77 % de los encuestados prefieren empresas que les permitan trabajar desde cualquier lugar.
Este mismo estudio señala que cuando los empleados dicen que quieren flexibilidad, lo que realmente quieren decir es autonomía. De nada sirve que se les permita trabajar de manera virtual si se les sigue obligando a estar frente al teclado de 9:00 a 5:00. Por eso, cuando el 59 % de los empleados afirman que la flexibilidad les importa más que el salario o los beneficios, lo que realmente valoran es la capacidad de estructurar sus propias jornadas laborales.
Estrategias de trabajo flexible para empleadores
Empleados y empleadores coinciden en que, para que el trabajo flexible funcione bien, es necesario que existan estructuras, directrices y principios bien establecidos. Asegurarse de que todo el mundo entiende las expectativas en torno a la disponibilidad y las reuniones, la comunicación asíncrona y el valor de colaborar en persona en determinadas tareas puede preparar a la empresa para el éxito.
Esta flexibilidad ayuda mucho a combatir la tristeza otoñal. Lo mismo puede decirse de un programa de beneficios de comidas para empleados. La nutrición es vital para mantener la buena salud y el buen humor de los trabajadores en esta época del año, sobre todo porque la planificación y preparación de las comidas se suma a los factores de estrés que alimentan la ansiedad otoñal.
Elije un proveedor de beneficios de comidas que apoye tu modelo de negocio híbrido. Cuando tu equipo esté in situ, puedes crear una orden grupal de la oficina con un carrito compartido, con facturación e informes de gastos sencillos, así como un control total sobre dónde, cuándo y cuánto gasta la gente. Y cuando tu equipo esté fuera de la empresa, los créditos para comidas con límite de presupuesto permiten que el equipo siga rindiendo al máximo, al tiempo que favorecen el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Con políticas de trabajo flexible y un programa de beneficios de comidas que puede llegar a cualquier persona, en cualquier lugar, tus empleados pueden dejar de estresarse y volver a disfrutar de todas sus cosas favoritas de la temporada de otoño. Esa es la tranquilidad que ofrece DoorDash para empresas.
